El discurso de Schwarzenegger a los rusos es un ejercicio de empatía, parece sincero, y es simple. La verdad suele serlo. Simple no es igual que simplista. Lo simplista es minimizar el mensaje a lo elemental y luego con ello crear otro significado, aunque carezca de lógica.
Al discurso de Putin lo califican de orwelliano porque tiene esas características discursivas simplistas de doblepensamiento de la dictadura de la novela 1984. Yo lo llamaría discurso absoluto, como el espíritu de Hegel, donde como está dicho todo ya no cabe nada más. Dice una cosa y la contraria y resume como mejor le parece en una síntesis que asume posturas contrapuestas ignorando las contradicciones. Un ejemplo sería el nombre de los ministerios de la novela, el ministerio de la paz se ocupa de la guerra y el de alimentación de racionar la comida.
El discurso absoluto lo ejercen personas o instituciones de ego orondo, sin fisuras. Es impositivo, imperialista y no admite dudas.
El discurso empático, por el contrario, nunca estará completo y necesitará toda clase de añadiduras porque está vivo y lo vivo evoluciona. Y cabe la información falsa, pero es tolerable cuando se puede discrepar y seguir escuchando otras voces y eso sucede en tiempos de paz y democracia.