Comprar lotería por si toca, comer como si no hubiera un mañana, reunirnos con personas con las que discutimos, y lo sabemos.
La Navidad no es normal. Pero la normalidad es relativa. El biblioráculo también lo es.
Comprar lotería por si toca, comer como si no hubiera un mañana, reunirnos con personas con las que discutimos, y lo sabemos.
La Navidad no es normal. Pero la normalidad es relativa. El biblioráculo también lo es.