Cuando las personas piensan sin prejuicios aciertan más.
Lo políticamente incorrecto, -lo que se rechaza por cuestiones de clase, sea religiosa, social, económica o académica-, no es una grosería per se, sino que de hecho puede ser la guinda de la solución del problema.
Lo que más me gusta de esta conclusión científica es cómo da en el morro a quienes desprecian a otras personas porque no comparten su rollo. No querían mantener la corriente de su opinión?, pues toma calambrazo.